La sexualidad es un laberinto que desborda la razón, donde las experiencias por fuera de la norma siguen ocupando un espacio que la cultura del control persiste en dominar, delimitar su circulación y legislar mediante técnicas de sexismo interiorizado y cuidadoso manejo del lenguaje que señala, sanciona y condena en el propio espacio público, impidiendo la construcción de un discurso libre en torno al complejo mundo erótico.

Para el género femenino la sodomía ha formado parte de su repertorio por voluntad propia ó solicitud unilateral del macho dominante. Alguna vez una amiga me comentaba lo sorprendente que fue - al inicio de la vida sexual con su esposo - entender los pedidos de su marido para que le permitiera acceder a este tipo de privilegios. Finalmente aceptó - con mucho dolor - creyendo que en su marido algo no funcionaba muy bien. Años más tarde, cuando su vida sexual se amplió al mundo de los amantes que llegan después de un divorcio, descubrió que era una práctica y una solicitud común del género masculino. La mayoría de mis amigas han tenido sexo anal pero pocas han aprendido a descubrir los placeres que se pueden esconder en este tipo de experiencias sexuales. La conclusión que tengo es que es más una concesión que hacen en aras del altar supremo de la convivencia antes que un placer mutuo.

Y digo no necesariamente homosexual porque dentro del repertorio anal, por ejemplo el annalingus, puede constituir para el hombre masculino hetero una fuente interesante de placer sin que la culpa le lleve por los caminos de la auto presunción homosexual. Las intimidades de mis amigas hablan de hombres que piden a gritos estas afinidades electivas cuando la mujer sabe entender que complacerlo no es sinónimo de inversión sexual.
Dentro del lenguaje incorrectamente político las jovencitas hoy en día se apropiaron del término, desconociendo su evolución y como una manera de alcanzar status de poder mediante el uso del lenguaje dominante, es decir, incluyendo estas maneras discriminantes creadas por el género masculino con el objeto de condenar aquellas prácticas sexuales por fuera del orden establecido y convirtiendo el término en un sinónimo de debilidad y sometimiento. En estos casos la famosa “penetrada”, es decir, la maricada, ha pasado a convertirse en una inofensiva expresión que acompaña el saludo: Hola marica, dónde anda?... Diríamos que poco a poco va perdiendo su connotación de sanción y discriminación para convertirse en un vocablo desprovisto de su uso histórico.

En el sexo anal se da una condición clara de dominio y sumisión, al menos es la lectura literal que hace el vulgo, apropiándose de la metáfora para incrustarla en el lenguaje cotidiano como un elemento clave de discriminación social, cultural y sexual, porque revive viejas teorías económicas respecto del papel que jugamos en la sociedad. Y ya no hablo en este caso del sexo compartido, que se enriquece con experiencias de este tipo entre dos adultos concientes cada uno del placer que el otro le puede brindar, sin importar cual medio se esté empleando para tal fin. Hablo de sexismo, economía de discriminación y explotación y cultura del castigo mediante el lenguaje cotidiano.
Desde el punto de vista de condena respecto de aquellas formas sexuales que escapan a los dictados sociales, el deseo encuentra aquí una situación que desafía las categorías en las cuales la sociedad pretende ubicar al individuo. Pero en las relaciones económicas, mediadas por el poder y el dinero, se puede decir de alguna manera que todos vivimos dando culo. La metáfora del vulgo alcanza una reivindicación positiva, en la medida que no discrimina un acto sexual sino que define una presunción respecto de amplios grupos sociales que antagonizan con elites superiores en condiciones asimétricas.
En el caso del lenguaje cotidiano percibo siempre un tufo sexista, porque mediante este tipo de prácticas, el censor anónimo encuentra siempre maneras de llamar al orden y juzgar a quien considere se sale de los parámetros sociales establecidos. En este tipo de enunciados se puede encontrar los refinamientos extremos que maneja el auto control social regresivo, dictado por unos poderes fácticos que acostumbran regular la vida cotidiana del hombre público. Fácilmente los censores anónimos confunden identidad sexual con comportamiento sexual.

No sé cómo pueden convivir formas de pensar tan disímiles en un mismo proyecto artificialmente construido desde el estado. Los unirá la sensación de formar parte de una minoría sexual perseguida y discriminada?
En materia sexual – penetrados y no penetrados – la vida contemporánea en las sociedades en tránsito parece un lugar gris. Un lugar gris que se añade a la lista de situaciones que hacen irrespirable el paisaje de la vida pública, como la violencia armada que – por ejemplo – desde el estado se insiste unilateralmente en darle tratamiento militar a un conflicto que tiene su nicho de complicidad en cada uno de nosotros, en la medida que no existe ninguna articulación de otras miradas y otras alternativas desde la fanfarrona sociedad civil. Pero igualmente la democracia sigue siendo un remedo de participación social. Como buenos sodomitas pasivos, asistimos al festín de convertir en figuras públicas con enorme poder de decisión a unos cuantos ciudadanos quienes mediante el voto, apenas son designados, olvidan sus compromisos con la base electoral si es que ella existe. Esa es la democracia, una sutil manera que inventó la modernidad y su casta promotora - la burguesía - para legitimar el poder del corporativismo global que define y construye los paradigmas a imitar que – como apéndice agregado del valor - la cultura del entretenimiento inventa y legitima. Y así seguimos, abriendo las piernas en un ritual que no es de placer sino de sometimiento.
Gina Panzarowsky
Galaxia Blogotana
1 comentario:
Gina que verso más nutridamente gustoso. Me pareció muy bueno el artículo, sabes más sobre artistas colombian@s que trabajen desde esta temática, especialmente feministas?. Te mando mi web
www.malignasinfluencias.com me encantaría un parafraseado tuyo, saludos desde chile
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