viernes, diciembre 25, 2009

NET ART COLOMBIA II





“Hay que volver al espíritu de cooperación que prevaleció en los tiempos iniciales de la comunidad de usuarios de computadoras"
Richard Stallman




Considerar el net art desde la perspectiva del crítico incluye una serie de puntos de mira que desafían los tradicionales roles del espacio de producción, exhibición, curaduría, lugar del espectador y crítica misma.

En el caso específico de net art Colombia una primera sospecha lleva a considerar el rol curatorial y los modelos de exposición propuestos por J.I. Roca para ésta saludable primera edición. De acuerdo con la presentación divulgada el día de inauguración de éste experimento, se advierte que la muestra estará colgada en el espacio vivo de la red durante un año (¿inmodificable?), con el anuncio adjunto de que en el año 2008 aparecerá una segunda edición. Surge aquí entonces una evidente traslación de metodologías propias de las formas que guían los procesos curatoriales en los espacios clásicos de exhibición. El tiempo del reloj de una muestra generalmente comprende un número exacto de días, con lo cual se prosigue un orden previamente establecido de acuerdo a un cronograma de actividades, pero el modelo atemporal de la red subvierte éstos patrones de conducta.

Otro aspecto a considerar es el temperamento abierto y procesual de muchas producciones on line, que como los códigos de programación, están en permanente retroalimentación. Un tercer aspecto son los procesos de selección. El espacio en la red es relativamente infinito, lo cual contempla una revisión del concepto preferencial por un determinado grupo de propuestas. Un concepto que por lo general implica el filtro privado del curador, rebatiendo la premisa comunitaria y participativa implícita en la red.

Qué sucedería si se hiciera una convocatoria abierta que permita colgar en la red todas las propuestas (previa discusión de unos mínimos válidos de acreditación), con una exhibición posterior en físico, empleando todo el conocimiento del curador, pero con un margen de participación por parte del espectador mediante votaciones, para emplazarla en el museo.¿Absurdo? no lo creo. Estaríamos hablando de Darwinismo liberal aplicado al terreno de las tecnologías sensibles.

El texto de Juan Devis escrito a manera de introducción resulta elocuente. Una guía didáctica para el espectador por todas las taxonomías enunciadas como resultado de un proceso de investigación que, sin embargo, no revela las metodologías aplicadas.

Aún así, dos objeciones: La brecha digital es apenas una de las variadas fisuras que reptan sobre el tejido social de nuestra amada Colombia; como lo es que aún existe analfabetismo, deserción escolar, baja cobertura educativa superior, para no mencionar la violencia y el desplazamiento social que nos ubica como campeones del DIH. Basta con mirar la presencia del voto de opinión para confirmar que la autodeterminación ciudadana simplemente no existe en éste país. Serán éstas hordas las encargadas de romper y construir los nuevos códigos digitales de la naciones libres? Cómo quisiera compartir sus esperanzas!! De otra parte es necesario aclarar que los datos suministrados en lo relativo a cobertura informática merecen una pequeña actualización, de acuerdo con la misma fuente: No son siete sino diez millones de usuarios, y por lo tanto no es un 15.8%, sino un 23% de población conectada.

Antes de entrar en inmaterialidad crítica una aclaración: Me siento algo estúpida tratando de juzgar individualmente las propuestas seleccionadas por JD. Me parece que es una suerte de traición con la filosofía abierta de la red, pretender erigir ejercicios inocuos donde se señala que esto es bueno y aquello malo. Se viven tiempos tan inciertos, que las mismas categorías que estructuran el sentido de lo que es bueno y lo que es malo se relativiza tanto, que la única respuesta válida que puede quedar es mirar una pluma, mientras cae y asciende al capricho del viento que la mueve, pero absortos seguimos percibiendo que el tiempo pasa y la pluma aún permanece desafiante a la ley de la gravedad. Sólo queda un suspenso que nunca acaba, pero el irrefrenable deseo por establecer categorías, por definir convenciones, por adjetivizar el comportamiento de los otros me persigue como si fuera responsable de hacerlo, y ese estúpido camino se termina por recorrer, ante la imposibilidad que ofrece la ocasión por construir lo innombrable.

Es cierto, siempre terminamos señalando, juzgando, criticando, para ubicar en un nicho que se establece precisamente a partir de lo que juzgamos, la supuesta validez de la individualidad que se habita. Y eso nos deja tranquilos como especie, reafirmados en el vacuo sentido de pertenecer a algún lugar imaginario donde se traza esa presunción enigmática llamada Yo.

Llevo cerca de veinte días preguntándome la manera acertada de abordar éste tipo de manifestaciones inscritas en el lenguaje de los nuevos medios como es el net art, y la sospecha que con mayor apremio me asalta es la de evitar caer en los terrenos propios de la forma de pensar, valorar y juzgar el arte como se hace en los espacios físicos de la vida real o eso al menos que llamamos realidad aparente.

La web se ha convertido en una especie de memoria externa para el sujeto contemporáneo, que funciona como un mecanismo adicional que recompone la memoria física del cuerpo, poniendo en primer plano la relación entre máquina y hombre. El mito griego de Simónides de Ceos encuentra aquí un nuevo aliado para su método nemotécnico de imago y locci.

Cuando me quedo absorto mirando la pantalla LCD, frente a mis ojos ubico la arquitectura, la imagen y el lugar donde alojaré los intereses a recordar, pero ya el ejercicio no es necesario, la máquina lo hace por mí, alojando los réditos en algún lugar de la World Wide Web, esa inmensa biblioteca que sólo espera que la demande para darme las respuestas en cuestión de segundos.

El espacio digital está pensado como un lugar invisible, que permite expresar y comunicar ideas sin la presencia tangible del cuerpo, construyendo funciones, estéticas y órdenes no necesariamente relacionadas con la realidad física. En este mundo inmaterial se puede trabajar, buscar entretenimiento, descubrir y generar información, encontrar otra gente, hacer urbanismo web, etc. El espacio digital es un entorno autónomo y no tiene otro objetivo que el de ofrecer sensaciones, ampliar las experiencias, estructuras, y eventos alternativos a aquellos existentes en la realidad clásica. De acuerdo con éste enunciado, la arquitectura juega un papel definitivo en la conceptualización, organización, comprensión y diseño de tal realidad digital. Este nuevo, vasto y poco conocido territorio digital es el “ciberespacio”, que para el caso de net art Colombia es gobernado especialmente por un territorio gráfico bidimensional, con algunas excepciones gráficas en 3D y video. Pero un espacio importante como lo es la comunicación en tiempo real con reacciones simultáneas y directas, un espacio 3D vivo y virtualmente corpóreo, aguarda ser implementado.

¿Cómo se deben plantear los asuntos relativos a las geografías físicas y el nacionalismo inmerso en la identidad del proponente? Ésta pregunta surge ante el carácter global de la red, sin discriminar el lugar de origen del mensaje o por la nula importancia que reviste éste lugar. La geografía que recorre la red es un territorio despolitizado, cartográficamente hablando, pero revitaliza no el espacio físico sino la especialidad en los discursos temáticos que genera determinada sociedad.

No soy curador (afortunadamente!), mucho menos crítico profesional, pero me fascina pensar, sentir y respirar el arte. Con el buen arte me refiero a eso que yo, Gina Panzarowsky cree que es arte, y con eso me basta. Y no es que lo crea – aclaro – porque no es un acto de fé, es un acto que provoca que mi sistema lacrimal se active, y cuando eso me sucede siempre lo asocio con una fuerte manifestación del arte, porque el conjunto de situaciones que provoca el lagrimal actuando, las asocio con una idea que casi siempre implica sentido de comunidad en una sociedad que está por construirse.




Por lo tanto no me voy a preocupar por el recorrido, ni por las taxonomías señaladas por JD. Tampoco me preocuparé por escribir corto, o ceñido a los cánones de la prensa escrita. Estoy en internet, estoy en Esfera Pública y la extensión del discurso solo será limitada por la propia capacidad de soportarme.

Un aspecto que me parece interesante de determinados sites es su capacidad de generar linkeo, es decir, llevarme a lugares inesperados que no están contemplados en la oferta inicial del navegante, dándole valor agregado a éstos commodities culturales de la esfera digital. Por ejemplo, la mascota de Santiago me parece suficiente después de dos minutos, pero que ocurre después? Pues que moebio.com es una interesante caja de Pandora con meta - relatos magistrales como gramatrama. Muy bello el mapa de navegación ubicado en la parte inferior izquierda de la pantalla, que une magistralmente el concepto de línea, dibujo y texto.

Lo contrario puede ocurrir con Rafael Puyana cuando invita mediante su divertida insinuación a que juguemos al retratista. Después de un breve instante la ilusión - al igual que en la mascota de Santiago Ortiz - se evapora por físico aburrimiento al descubrir que no hay nada más. Sin embargo, contrario a Santiago, la página de Rafael Puyana está apoyada más en la exposición de seudo lenguajes visuales, que corren el riesgo de convertirse en mero recurso tecno gráfico, antes que en desarrollo de conceptos en el campo del arte y las neo tecnologías. Emplear los recursos de la red para esparcir las viejas formas de representación en formato digital es algo que revela las diferencias entre el programador sensible y el experto diseñador en flash.

El colectivo Slow nace a partir de la música electrónica (un poderoso elemento de cohesión social en los jóvenes) y de ahí deciden convertirse en adeptos del software libre y el código abierto. Éste tipo de propuestas reconfirman el papel de internet como constructor de urbanismo web, creando comunidades desde lugares equidistantes de la geografía nacional o internacional y revalorizando el concepto de la red no como un principio que borra lo periférico a partir de su concepto globalizante, sino todo lo contrario: lo global como una multiplicación de lo local. El sitio de descargas ofrece una interesante suite de aplicaciones gratis para el hogar, la oficina y al inquieto diseñador que además de jugar con la aplicación, quiera hacer aportes, revalorando el código fuente. Sólo hay que anotar en éste caso que lo que piensa el diseñador no es lo obvio para el visitante, y en el caso de los programas sería bueno señalarlos apenas se aplique el cursor sobre ellos.


A pesar de no aparecer en la sala de “Software libre, open source & copyleft”, Alejandro Forero Cuervo interpreta magistralmente ese poder de convocatoria que posee la red, con un trabajo serio por referenciar éstas temáticas, e involucrar al visitante en sus propuestas de participación, tan vitales en el lenguaje web.


Considero que la iniciativa de slow es interesante, pero carece de un trabajo intenso que realmente logre convocar al usuario poco adentrado en éstas materias y ofrecerle soluciones prácticas. Hace pocos días me sucedió algo simpático con una impresora Epson R220. El fabricante le añade un software interno que bloquea la máquina después de un número determinado de impresiones, que obligan al usuario a pagarle a Epson, en sus centros autorizados, el desbloqueo de la máquina. Buscando en Internet – con un poco de paciencia – puedes encontrar todo, incluso a Dios; en éste caso alguien en un servidor Ruso, puso a disposición el software para el desbloqueo, saltando la trampa de Epson. Éste tipo de acciones son las que le dan un vigor siempre audaz y oportuno a la red, y en cuanto a la sala “software libre, open source & copyleft” hace falta mucho para generar precisamente todo ese discurso abrasivo que rompa el prohibicionismo y seduzca al visitante. No hay literatura sobre software libre, ni ejemplos puntuales de luchas en el tema, sin que deban ser tan especializados, pero husmeando el los meandros de Forero Cuervo se va llegando a fuentes interesantes.

Hiperlook, a pesar de las expresiones tan generosas del curador, se destaca por no ser capaz de estar a la altura de los elogiosos y desmedidos comentarios, ya que no pasa de ser apenas una débil interfaz electrónica que enlaza los códigos que intervienen en el explorador, pero no llega nunca a entrometerse en las intimidades encriptadas de todo el andamiaje que estructura una página web. Y si lo hiciera no permite copiarlo y para salir de la aplicación hay que matar la tarea, algo dispendioso e irrespetuoso con el usuario.

Wiring es todo lo contrario. Barragán en éste caso sorprende por el rigor científico para construir su tarjeta electrónica con el complemento inteligente de la programación open source del microcontrolador, poniendo a funcionar éste mecanismo de lectura y registro externo. No se debe pasar por alto que Barragán es quien con acierto encuentra aplicaciones funcionales a su inventiva. Sin embargo una pregunta me asalta: investigó JD el esfuerzo que hace la Academia y la empresa privada Colombiana para crear software y buscar posicionarse como exportadores de Ingenieros y software para el mundo?… parece que no!

Con el respeto que merecen quienes participan en ésta muestra, quiero dejar consignadas ciertas incomodidades, o para hablar en términos digitales la débil usabilidad relativa de ciertas propuestas:

Vanishing point tiene tras de sí un enorme esfuerzo de sindicación web, pero encuentro dificultad para que me arroje los presupuestos que engloban la propuesta, y tarda en cargar. El jueves 22 de noviembre se produjo la cancelación de la mediación que venía haciendo el presidente Hugo Chavez por parte del gobierno Colombiano. El NY Times lo registro en su página web, al igual que Le Figaro, sin embargo Vanishing Point mostró sus fallas al arrojarme “0 news found” respecto del cubrimiento medial referido a Colombia. A pesar del esfuerzo de Mauricio y como él mismo lo reconoce el “resultado no es perfecto”. Más parece un intento por medir el porcentaje de apertura de ciertos periódicos (más internacionalismo, menos localismo) que la cartografía mass mediática de los países.

El otro pertenece a éste misma sala y es la brillante Martha Patricia Niño, quien me obliga a cambiar mi pantalla LCD de 17” viewsonic, que aunque no es lo último en “guaracha”, aguanta todo menos para abrir éste site¸ el cual no veré porque simplemente no pienso cambiar de monitor (exige pantallas con una resolución de 1440 x 900), para leer las propuestas que obligan al usuario a ir a Unilago y hacer compras inesperadas, solo porque el artista de turno lo pide.

Una tienda de hardware de Unilago registra en su página web los índices de consulta por parte de potenciales clientes, señalando los tipos de monitor que usan. Es Colombia, y si este requerimiento técnico es dispensable, – créemelo Martha Patricia – sería interesante tener en cuenta una alternativa a éste pequeño, subdesarrollado y aburrido detalle.

Vale la pena convocar propuestas y no hechos? Me refiero a Juan Fernando Ospina: interesante iniciativa, pero donde está el resultado que no lo puedo ver??...

Ciertas prevenciones me asaltan con la propuesta de Clemencia Echeverri, quien en un acto de supuesta audacia creativa, aprovechando su estadía en Londres, decide hacer narco – miseria estética, a partir del muy noble propósito de “visitar algunos presos Colombianos detenidos en cárceles del RU”. Estos temas son papas calientes en manos de los artistas y pocos salen bien librados al abordarlos. Un ejemplo es Clemencia Echeverri, en el otro extremo se puede ubicar a Norman Mailer, con La Canción del Verdugo, o Truman Capote, quien visitando y entrando en perfecta relación con los detenidos Dick y Perry, hizo una obra maestra de la literatura. A Truman no le sudaban las manos, se las frotaba en cada visita!! Además que se debe hacer la aclaración de que la página funciona como un dispositivo residual de un evento que fue concebido para un espacio real.
Ballroom por ejemplo no está disponible.

El periodismo cultural tiene que batirse con el periodismo farandulero en cuanto a espacios se refiere en la prensa escrita. Gracias a Internet se puede ver un claro ejemplo de periodismo cultural alternativo representado en el colectivo “Popular de lujo”. Todas las humanidades (antropología, sociología urbana arqueología, literatura, arte, diseño, fotografía, etc.) convergen en un delicioso, hipertextual e icnonográfico relato que le permite al visitante recorrer un lado oscuro, pero sustancial, de nuestra ciudad. El humor natural y los personajes anónimos que construyen el lenguaje marginal de la ciudad, adquieren protagonismo sin igual, en una muy inteligente alternativa que sabe aplicar con precisión las posibilidades que ofrece la red.

En “Uploading death” no hay nada para morirse de la emoción!. En SIDA/AIDS, Santiago Echeverry nos habla de lo interesante que es Flash para jugar con el diseño web, cuando se conocen las estructuras ligeramente avanzadas de programación con el script de macromedia. La bomba del cuarto piso repite lo mismo, demostrando que flash, así sea un tema escabroso, deja ver las cosas “bonitas y limpias”.

“Muerte en 30 tiempos” de Claudia Salamanca, aunque algo más compleja en su arquitectura, y con un tema caliente y políticamente correcto para un artista que quiera romper vidrios con la realidad política Colombiana, continúa por la senda de ser mero suspenso visual. Una sala que a pesar de tener un título tan sugestivo, no cumple con el propósito de cargar la muerte ni por un instante de kilobyte.

Llegando a la última sala me arrincona de nuevo la suspicacia… Rafael Puyana fue o es socio fundador de motiff, la empresa que desarrolló la página de net art Colombia para LABLAA, pero aún así figura como artista invitado y de otra parte Juan Esteban Duque, diseñador de motiff es miembro del colectivo popular de lujo, otro invitado. No hay algo de incompatibilidad ética en este sancocho de intereses y amigos, Señor Devis?

Vallenato tántrico vuelve y juega con aquello que se vuelve evidente después de dos minutos… No por el hecho de que Manovich (teórico de los nuevos medios) escriba sobre loops, convierte toda propuesta en éste sentido válida. ¿Qué le hacemos? Es net art Colombia!!

Finalmente algo rescatable en ésta sala: Piter Wilson con sus divertidas y macabras tácticas de guerra irregular, pone en primer plano los elementos de acción que caracterizan las escaramuzas locales… secuestros, pescas milagrosas, narcotráfico, matanzas, etc. Y la última, “moviles”, redime al ciberespectador del aburrimiento adentrándose en un interesante juego lingüístico respecto del idioma español y todas las diferentes relaciones de la que es capaz, dependiendo del lugar en que se ubique el hispano hablante.

El escepticismo que insinúa JD se debe a que estamos apenas en el umbral del “absolut flash generation”? No lo creo, a pesar de nuestra inocultable condición emergente.

Quiero terminar valorando dos hechos de ésta muestra: El mismo Manovich señala que la vanguardia es el software y Planktun de Alejandro Duque cumple éste papel con precisión (la verdadera estrella de éste abrebocas cibernético, de acuerdo con mi cuestionable sensibilidad privada, quien tiene claro que el net art es algo más que hacer diseño gráfico para la red, según sus propias palabras, palabras que hago mías) y Radio fantasmas con su experiencia en streaming, son una interesante insinuación para que la comunidad artística se apropie de éstas herramientas y fortalezca sus contactos y el eventual pensamiento que puede rondar por su gueto. Me asalta ésta sugerencia producto de una duda que probablemente encuentra respuesta en ese carácter de diáspora en que habita, vive y produce la comunidad de artistas en una ciudad como Bogotá. Existen puntos comunes en una sociedad artística determinada en cualquier geografía, pero acá en Bogotá ese temperamento permanece silenciado, incapaz de articular unas políticas públicas que mejoren y estimulen las condiciones en que los artistas trabajan, producen y subvencionan las mercancías de su interés, además de no existir una coherencia explícita en sus relaciones con la ciudad, con los circuitos comerciales, con las políticas culturales que no consultan los interese propios y eventualmente con la academia.

Internet es la herramienta adecuada para éste tipo de acciones, porque logra revitalizar un aspecto descuidado en las relaciones interpersonales: Trascender la opinión privada para sugerir la construcción de mitologías públicas, pensadas desde el territorio de la imaginación política del arte y emplazadas mediante amplios sistemas de inclusión como son las actuales tecnologías digitales.



Gina Panzarowsky

PD: Que tal si Esfera Pública tomara la decisión de liderar emisiones de streaming audio, como semilla de una emisora para que sus abonados cacareen sus pretendidas ansias revolucionarias? De acuerdo con el affaire Wilson DiazvsMinisterio de Relaciones Exteriores, hay muchas ganas de hablar – además de escribir - cuestionar, discernir, etc. Estoy seguro que los Alejandros (Duque y Cuervo), junto con Radio Fantasmas, no dejarán de estar a la altura de las circunstancias, en cuanto asistencia técnica se refiere! Muy atrevido?... sólo el tiempo dirá de que madera estamos hecho(a)s!!!







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